Tic-Tac… Alice

El reloj de Alice había pertenecido a su abuelo y eso lo convertía en un recuerdo muy especial. Y ahora necesitaba de un experto relojero que lo arreglase. Cuando Alice entró en aquella relojería pensó que el tiempo se había parado. Nunca hubiera imaginado que allí conocería a Frederick, un curioso y divertido conejo que insiste en que ella es, ni más ni menos, que la Alicia de “Alicia en el País de las Maravillas”, el conocido libro de Lewis Carroll. Alice ni siquiera conoce el libro, lo cual le permite al Conejo contarle la historia y, junto con el relojero, escenificar las escenas más conocidas del libro. Así es como en la relojería cobran vida de nuevo personajes tan variopintos como son el Sombrerero Loco – con el que celebraremos el no-cumpleaños –, la Reina de Corazones – y su modo particular de gobernar cortando cabezas –, las Cartas de la Baraja – empeñadas en pintar de rojo todas las rosas del jardín real – y, por supuesto, el Conejo Blanco.